Un día sin ti es interminable… Se asienta cual existencia perdida, muy lentamente… No le veo sentido vida mía… No le veo matiz a su destino… Simple momento perdido. Mirarme sin ti, extrañarte como no he extrañado nunca… quererte aún más de lo que he querido pintar una sencilla sonrisa en mi rostro. Todo este tiempo para buscarte y hallarte… Y tan sólo unas horas para perderte… El miedo me inunda. Me consume cual fuego interno.
Calor que deshace todo a su pasó… Calor que nace del pecho en forma de explosión constante, angustia. Terror. Bailan las sombras en el edén. Estallan las puertas al paraíso, caos total doblegando el alma, devorando mi centro, lo que soy se consume… Por ti, por tu ausencia.
Amor… por ti podría soportarlo diario, lo haría sin pensarlo dos veces, lo haría sin formular cuestiones… Lo haría en forma voluntaria… Pero no puedo… No puedo hacerlo, no puedo existir sin saber que también existes tú en algún lugar, por más lejano que esté… Tan sólo sabiendo que tu música, tu palpitar, tu voz, tu ser… Gozan del mundo… Disfrutan del día… disfrutan la noche… Tan sólo con eso mi vida, puedo soportar extrañarte toda la vida.
Tristemente añorándote… Buscando una parte de ti en cada persona que se cruzó en mí camino… Buscando tu sonrisa en mil rostros… Sin hallarte…
Serás mi misión, mi misión imposible… Dedicaré mi tiempo, mi vida, mi ser, mi todo… Te buscaré… Serás mi eterna misión… Mi vocación. Viviré por ti… Lloraré por ti… Por ti soñaré. Por ti moriré… Dedicarme a ti, convirtiéndote en mi causa, hará que mi vida sea plena. Te extrañaré por siempre, pero por siempre te encontraré.
Vivirás en mi sol, serás mi luna, mi café de cada mañana… Aquel cigarrillo ocasional, bien apreciada copa social… El cielo me envuelve… pero eres tú abrazándome. Se escucha música de fondo… a lo lejos… Y sólo basta cerrar los ojos para bailar contigo. Te dejaré existir lo más lejos posible… Entre tu cuerpo y el mío existirá la máxima distancia. Pero, sin saberlo, en realidad vivirás dentro de mí.
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