CADA CUAL TIENE SU NOCHE, PERO ENTRE MÁS DENSAS SEAN LAS TINIEBLAS, MÁS SE DESCUBRE LA ALEGRÍA DE CREER.
TENGO SIEMPRE MIEDO DE DECEPCIONARTE, Y DE NO DARTE AQUELLO QUE TÚ, SEÑOR, ESPERAS DE MÍ.
DE UN LADO Y OTRO DE MI LÍMITE OBRA LA OMNIPOTENCIA DIVINA, Y DONDE YO ME DETENGO, OTRO CONTINÚA.
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